Las plagas más comunes durante el verano, utilizan los cultivos para nutrirse y crecer, por eso son un serio peligro para la productividad de cualquier cultivo y destrozar el trabajo de varios meses del agricultor.
El problema de las plagas es que con frecuencia apenas se perciben hasta que la afección de la planta es una realidad. Y, además, suele expandirse rápidamente por las raíces, tallos, hojas y frutos. Las consecuencias de no actuar a tiempo siempre son muy perjudiciales.
1. El Pulgón
El pulgón está a la cabeza de todas las plagas de verano que afectan a la agricultura. Se expande de forma muy rápida y se percibe cuando aparecen grandes manchas negras por el tallo y las hojas de las plantas, atacando todo tipo de cultivos.
2. La mosca blanca
Afecta a cultivos como el tomate, la calabaza o el pepino, frutas y hortalizas, cuya savia se ve seriamente perjudicada por la acción de este diminuto insecto blanquecino.
3. Los hongos
El exceso de humedad suele ser su mejor hábitat, provocando numerosas plagas.
4. La araña roja
Nos damos cuenta por la malformación de los frutos, la caída de las hojas y la pérdida de color.
5. Gusanos
Aparecen en todo tipo de árboles frutales: manzanos, cerezas, ciruelas, melocotón, etc.
6. Polilla de racimo
Aparece en las vides provocando destrozos múltiples.
Hay algunas variedades más, pero de momento estas son las más peligrosas.
Las plagas en la historia
Los ingleses se aficionaron al té tras una epidemia del hongo roya en el café; un pulgón, la filoxera, casi acaba en el siglo XIX con los viñedos del mundo y, ahora, la bacteria xylella fastidiosa aniquila 30.000 hectáreas de olivos en Italia y la greening (diaphorina citri) acaba con muchos cítricos de Florida (USA) y Brasil, y ahora ha llegado a Europa.
También fue de destacar, hace unos años en España, la invasión del picudo rojo que acabó con innumerable cantidad de palmeras.
Todo esto conforma un escenario que debería hacernos reflexionar un momento.
Si llevamos más de 80 años con pesticidas químicos que no han resuelto ninguna situación, y además están deteriorando la tierra y el ecosistema en el que vivimos, es imprescindible buscar alternativas reales.
¡Está demostrado!
Afortunadamente, existen otras formas de hacer las cosas, y en nuestro caso, la experiencia nos indica que las estrategias desarrolladas dan resultados.
Es un tema de enfoque: en vez de estar en guerra contra las plagas, tenemos que armonizar el ecosistema, con soluciones ecológicas simples, y está garantizado que funciona.
